domingo, 29 de enero de 2012

Reinvención...

Cuando crees que nada te puede sorprender, cuando piensas que has logrado entender la mayoría de las cosas que pasan a tu al rededor, cuando te das cuenta que la madurez, o al menos lo que tu entiendes por ello está resuelto, siempre llegan momentos que te cambian las percepciones, momentos que hacen tambalear tus sentidos.

Esos momentos son por los que en mi opinión, vale la pena vivir, aquellos que te devuelven la inocencia, la imaginación, pero sobretodo te inyectan esas nuevas ganas de existir, de pensar, de conocer y redescubrir tu mundo, esos momentos que te invitan a desacelerar un poco y disfrutar el paisaje, que te hacen volver a soñar.

Lo que más disfruto con estos momentos en los que mi ser se revoluciona, es que las enseñanzas provienen de los maestros más especiales que pudieran conocer, lo mismo una bella dama que aunque su rostro ya este labrado por las cicatrices del ayer te muestra el porque aún debe sobrevivir la gallardía, caballerosidad y el respeto en la vida, al regalarte una sonrisa ya carente de marfil, que te roba más que el aliento después de abrirle la puerta.

Esa pequeña sonrisa y ese beso sincero que te da ese pequeño ser que aún no puede hablar, pero que sientes el cariño sincero desbordándose desde dentro de su alma cuando le das la mano y este pequeño ser se aferra a ti con su pequeñas manitas para llevarlo a caminar.

Esos momentos que te roban el aliento, que te erizan la piel, que te roban el corazón, hacen que al menos mi vida valga la pena, que me permita reinventarme, saber que hay mucho más por descubrir, que no importa cuantos días hayas vivido, lo importante es cuantos momentos como los que tuve hoy has en verdad disfrutado...

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