domingo, 24 de enero de 2016

Inherente

Desde tu sonrisa nace un río;
bello manantial que moja mis sueños,
que refresca mis anhelos,
que inunda mis ganas de seguir adelante.

Brota de ti, también, una bella luz;
ese impulso a levantarme,
a no ceder, a no dejarme.

Más allá de tus sonrisas,
de ese río y de esa luz; 
inicia también el deseo,
ese mismo que me aferra a tu boca,
a tus besos, a tus pechos,
que me ancla a tu cuerpo mientras amo tu alma, 
que me recuerda a ti.

Se produce ese tierno aroma a hogar,
a retorno continúo,
a salvación.

Nace de ti ese sentimiento,
esta sensación de paz...
Inherente a ti, mujer.

lunes, 18 de enero de 2016

Yo...

Bruma sobre el sol,
sonidos dispares de tus pasos,
largas piernas que se difuminan en las sombras;
sereno que me llama,
lugar que me reclama;
egoísmo inútil de un suave toque sutil de orgullo,
de amor propio que no funciona,
que no es más que un destello de viejas épocas.

Y ahí está el puño en el aire,
la lucha, el ego, la pasión,
el no renunciar a tus sueños,
a tratar de comprar con ellos comida,
de pagar renta, de callar complejos;
de no sucumbir en la domesticación.

Ahí está el lobo,
aún al acecho,
ahí desde lo más oscuro de tus entrañas,
ahí desde el arrabal de tus recuerdos;
de ese lugar que te rememora las mil noches,
los miles de sueños, 
esos que ahora desparramas sobre formas;
de esas lágrimas de dolor,
de terror, de impotencia;
de esos sueños que aún no te dejan despertar. 

Y ahí estás, frente al espejo,
preguntándote si aún vas... 
Y ahí estás, ahora más viejo,
más tullido;
menos sabio a pesar de lo que dicta la costumbre,
con la norma entre las cejas, 
con temblor en las rodillas...

Ahí estás, ahí te veo...
Yo, el que solías ser.
Yo, el que querías ser.

jueves, 14 de enero de 2016

Veneno...

Como un trago de whisky te aferras a mí,
me envenenas, bendita,
mientras te disfruto... 

Eres como esa droga de mi cuerpo,
suave delirio de pupilas fugaces,
de caderas bailantes,
de sudores y perfumes; 
de amores de un rato.

Sabes como la ginebra arañando mi garganta,
dulce dolor que me cura,
suave sentimiento que me ata,
tibio momento dentro de ti.

Segura de ti, ahí estás, 
parada y desnuda frente a mí;
desdibujada como un retrato modernista,
esperanzada en la hecatombe de nuestros cuerpos.

Como un blues doloroso;
te aferras a mí,
te introduces en mi mente,
cada nota de tu cuerpo perfecto me toca;
ya no puedo más.

Y simplemente te quiero, envenenándome...
Así sin más palabras.  

domingo, 10 de enero de 2016

Sentidos...

Hueles a sonrisas;
a café por las mañanas;
al perfume de las flores;
hueles como huele una verdadera mujer.

Sabes a belleza;
a miel en tus muslos pálidos;
a dulce en tus pechos perfectos;
sabes a lo que sabe el paraíso.

Suenas a alegría;
tu sensual voz que alegra mis mañanas;
tus gemidos perfectos;
suenas a una sinfonía de amor.

Te ves como se ve el deseo;
suave mujer despampanante,
bosquejo de perfección que dios creó;
luces igual que luce la mujer de mis sueños.

Te sientes sutil como un despertar;
cálida como un vibrante volcán;
suave como la caricia de un niño;
te sientes desde dentro de mi pecho.

Vives, dentro de mí;
aferrada a mis sentidos, 
a esta loca idea de poseerte,
a la ingeniosa razón de quererte. 

sábado, 2 de enero de 2016

Hoy te escribo...

Hoy te escribo tal vez como despedida,
hoy lo hago con un corazón en añicos,
con una mueca de tristeza;
te escribo con mi sonrisa vencida.

Hoy te escribo sabiendo que te vas;
que tus sonrisas ya no serán mías;
que tu vientre ya no me acogerá;
que el sereno de la noche ahora me acompañara. 

Hoy te escribo desde mi dolor;
desde mi falta de pericia al amar;
desde la estupidez que siento en mí;
desde el niño que no sabe que hacer.

Hoy te escribo en la distancia,
te escribo en el hielo de mi ventana,
en el humo de mi cigarro,
del fondo del vaso que contenía un trago de dolor.

Hoy te escribo sabiendo que me equivoque;
sujetando mi alma para no caer;
sintiendo tus besos lejanos;
oyendo tu voz partir.

Hoy te escribo sabiendo que te vas;
te escribo sin querer decir adiós;
te escribo queriéndote;
te escribo sintiéndome el tonto más grande;
te escribo para no dejarte ir.

Hoy te escribo para seguir,
para no volver,
para vivir.

Hoy te escribo a ti... Musa

viernes, 1 de enero de 2016

Vida.

Vives sujeta a mis sueños,
con tu sonrisa como ancla,
con tus labios de coral,
con tu cintura diminuta.

Vives inamovible en mi mente,
en cada deseo te pienso,
en cada sonrisa te veo,
en cada beso quiero que estés.

Vives arraigada en mi pecho,
sabes de mi debilidad,
vives en tus besos eternos,
vives en un cuerpo escultural.

Vives haciéndome sentir el arte,
suave musa que me obliga a pensar,
vives reclutando mis pasiones,
y en una sonrisa las logras concentrar.

Vivo anclado en la playa de tus besos,
en tu tierno vientre de coral,
en el océano puro de tus ojos,
en tu hermosa sensualidad.

Vivo entre tus dos volcanes perfectos,
en esa isla que es tu ombligo,
en aquella bahía que da a mis mañanas,
en tus hermosas piernas de coral.