Inmortal

La inmortalidad lograste con esa pequeña sonrisa,
en mi mente te quedaste, entraste en una rendija,
de mis pensamientos ya tu niña te adueñaste,
eres de mi la musa que me inspira a emocionarme.

Con tus ojos vivos, veo feliz el arte,
a tu lado escribo lo que en verdad me nace,
de tu mano niña, yo podría llevarte,
hasta al fin del mundo, solo para enamorarte.

Eres ya mi vida, la más blanca espuma,
esa esperaza viva que elevo a la luna,
eres ya de mi, como esa diosa muda,
esa que me espera en la noche oscura.

Hoy quiero decirte, mi bella doncella,
que ni todo el mundo, sirve si no estoy con ella,
que mi alma se rompe cuando ella va lejos,
que eres ya mi dueña, ya no hay más  secretos.

Hoy quiero contarle a la madrugada,
gritarle tu nombre frente de su cara,
decirle que eres tú esa bella dama,
que hizo que este hombre la inmortalizara...

Cazadora...

Un segundo basto, yo no te buscaba,
yo no te pedí, pero estás aquí,
como una fiera me acechaste,
me cazaste sin fin.

Como una pantera, con ese sigilo,
me robaste el corazón,
me atrapaste en tus brazos,
y desde ahí no dejo de sonreír.

Eres una gran cazadora,
una que me supo cazar,
la más precisa, que me ha sabido atrapar,
es que contigo, hasta tu mascota soy.

Me atrapaste, de una forma honorable,
lo hiciste sin necesidad de trampas,
sólo te presentaste, me hiciste soñar,
y bueno lo demás ya se contará...

Murmuros

Mi boca en silencio murmura a tu oído,
murmura que te quiero, como a nadie he querido,
que el otoño se muere, que el invierno se acerca,
que el milagro es quererte y que el sol lo sepa.

Sentir el aliento de tu boca en mi boca,
el tierno roce de tus labios en mis labios,
esa chispa divina que a nuestras almas vuelve locas,
esa misma que producimos cuando el cielo nos toca.

Esas estrellas celosas, que nos miran a lo lejos,
no entienden tu brillo cuando acaricio tu cabello,
se sienten celosas de lo que en mi provocas,
de que ellas en su vida han sentido algo tan bello.

Yo hoy te pido que lo nuestro cuidemos,
que en secreto gritemos lo mucho que nos queremos,
que tu boca en mi boca produzcan más alegrías,
que son ya de mi vida, los mejores momentos.

Hoy tu pelo anochecido cae sobre mi pecho,
casi como esa noche que nos cubre en su apogeo,
tus ojos, esos luceros que sobresalen de tu rostro,
los que iluminan mi andar, mientras cabalgo tu cuerpo.

Escríbeme...

Susúrrame entre líneas,
mientras escribes para mi,
sonríeme en esas estrofas,
escríbeme siempre así.

Invéntame cada noche,
con tu imaginación,
dibújame en cada estrofa,
con tus versos de amor.

Has de mi, escritora,
ese recital de pasión,
ese poema bendito,
que cada noche te haga el amor.

Escríbeme despacio,
como me besas,
llename de besos,
con todo lo que piensas.