lunes, 31 de octubre de 2011

Dueño de tus madrugadas.

Quiero ser el dueño de tus madrugadas,
que no pienses en más nada,
que no sea tú y yo cabalgando por la montaña...

Ser el dueño de tus madrugadas,
convertir tus sueños en jaras,
que lleven colgando la esperanza de las almas...

Ese dueño de tus madrugadas,
que te lleve al cielo,
que te vuelva mala,
pero espero niña hermosa,
ser el dueño de tus madrugadas...

Quiero pasar de tus madrugadas,
quiero la luz de tus mañanas,
despertar para amarte,
abrazarte y sentir pasar la muerte,
adorarnos y lograr así,
en la distancia nunca más perderte...

Pasar de tus madrugadas,
conquistarte en las mañanas,
amarte en los atardeceres,
para así descansar junto a ti,
en aquellas tentaciones...

jueves, 27 de octubre de 2011

pensamiento 27-oct.2011

a veces el corazón se lanza a un precipicio, tal cuál como esa ave acabada de nacer, con la incertidumbre de saber si puede abrir las alas y volar a un nuevo horizonte, sin darse cuenta que tal vez sus alas sean defectuosas para el arte de volar, o de amar... #JTBS

viernes, 14 de octubre de 2011

Hasta la muerte juntos.

Ahí está, sentada en la misma mesa, tomando la misma champaña y el mismo café, viendo pasar el tráfico a través de la ventana, esa misma ventana que con lluvia o con nieve no refleja lo que ella quiere ver.

Yo la observaba desde la barra siempre, sólo con mi frío vaso de whisky y una bocanada tras otra de humo proveniente de mi cigarro, era enigmático saber como una mujer tan guapa y joven como ella se encontraba semana a semana sola en aquél restaurante, sola frente a esa ventana.

Nunca la hubiese notado, hasta que un día escuché un sollozo mientras caminaba hacia la barra, provenía desde aquella solitaria mesa en la cuál a la luz de las velas solo era perceptible un hermoso rostro con facciones muy finas. Tuvieron que pasar semanas para que me decidiese a hablarle, era muy difícil debo confesarlo, aún más con la incógnita de no saber la razón de su soledad.

Me acerqué poco a poco, me di cuenta que fumaba y maquilé uno de los pretextos más viejos del mundo -¿tienes fuego? -pregunté muy cerca de su oído, logrando oler en el ambiente una combinación exquisita entre tabaco y Chanel que me fascinó, ella volteó a verme y con una mueca de sorpresa solamente exclamó, eres tú -¿Por qué no habías llegado? -en ese momento no entendí, ella pidió que me sentará a su lado y me comenzó a interrogar.

Entre sorbo y sorbo de café, cigarrillo tras cigarrillo se iba consumiendo, la charla continuaba sin lograr entender como ella conocía tanto sobre mí, entre una nube de humo logré preguntarle quién era, ella solo me contestó su nombre, Valentina, por más que quería recordar la única persona que existía en mi vida con ese nombre era una antigua novia de la universidad con la que tenía planes de casarme pero que desapareció el día de nuestra boda.

Valentina pidió que saliéramos, caminamos por la ciudad por un buen rato continuando la buena charla, me dijo tengo que contarte algo que no sé como lo tomarás, esa frase heló mi pecho, me pidió que la siguiera hacia un lugar poco común.

De repente mi vista se nubló, solo veía a Valentina caminar delante de mí, podía oler su bello aroma a Chanel mezclado con el tabaco de los cigarrillos y lograba sentir su mano aferrándose a la mía.

Llegamos a donde Valentina me guiaba, era una tumba reciente, para ser precisos dos, cuando tallé mis ojos logre ver los nombres, el primero me heló el alma, Valentina Dupont mi antigua novia, volteé a ver a la mujer que me guió y era la misma, ahora si la podía ver sin sombras, me paralice por un momento, solamente para sentir ese frío que solo la muerte trae consigo, la otra tumba era mía, Sebastián Comte, en ese momento solo por mi cuerpo recorrió el escalofrío atípico de la muerte, comprendí que dirigiéndonos hacia nuestra boda un camión volcó mi pequeño auto dejándonos atrapados en esta realidad hasta volver a encontrarnos, así nuestro epitafio solo decía "Hasta la muerte juntos"...