miércoles, 16 de septiembre de 2015

Sentenciado.

Vivo sentenciado a ti,
a tu recuerdo que me nombra,
al tenue sonido de tu voz,
a tu hablar presuroso,
o a esa tersura de tu piel.

Vivo sentenciado a esos pechos,
a mi hogar en tu costado siniestro,
a tus besos con filo,
a la plácida sensación de paz que se va,
al caos dentro de tu mente.

Vivo sentenciado a vivir sin ti,
a estar contigo,
a amarte como duele, desde la soledad;
vivo sentenciado a tu boca,
a tus carnes, a tu voz,
a ese humor tan tuyo un domingo en la mañana,
a la sensación de lluvia de tu piel mojada,
sentenciado a ti, por el resto de mi vida.

jueves, 10 de septiembre de 2015

10 de septiembre.

A veces el tiempo pasa; 
pasa ligero como las golondrinas al volar,
pasa intenso como un huracán,
pasa como las ansias por algo amado.

Las edades se definen con números,
aquellas cifras que engloban memorias,
recuerdos de historias vividas,
de nombres aprendidos,
de sonrisas robadas,
de corazones latentes.

Años que saben a miel,
momentos que marcan la historia,
instantes que te hacen creer.

Hoy sé que un nuevo año comienza,
más sé que la vida no sé mide en los años,
yo vivo en instantes, en memorias,
vivo en recuerdos.

Vivo en el tiempo que me define,
en la sonrisa que me responde,
vivo en la soledad que ronda,
vivo en la gente que me rodea,
en la conexión eterna y personal.

Vivo en mí y para mí,
vivo momento a momento,
vivo para mí.

Vivo para ser eterno, 
vivo para vivir en ti, 
vivo porque así lo siento,
vivo feliz... 

sábado, 5 de septiembre de 2015

Amanecí...

Amanecí, como siempre amanecía,
con tus pupilas pegadas en mí;
con tu tibieza entre mis brazos;
con tu aroma de mujer.

Amanecí como cualquier otro día,
con el sonido de tu respirar;
con tus sueños enredandome la esperanza;
con tu cabello suelto envolviendome la cara.

Amanecí, de nuevo como siempre, 
con la sonrisa pegada en tu mejilla;
con el sabor de tu beso matinal;
con el sentimiento de tu amor.

Amanecí, otra vez como otras veces,
enamorado de tu sonrisa;
ilusionado con tu figura angelical;
añorando la tibieza de tus pechos;
con la fe puesta en tus sueños;
Implorando un beso de tus labios;
en fin, otra vez amanecí como siempre,
queriendote un poco más...