miércoles, 23 de agosto de 2017

Inexplicable

Eres tú lo que se escapa de mi realidad,
lo que no alcanzan las palabras para explicar,
el resplandor que cega mis ojos,
la sensación de vacío en mí,
la paz y el tormento,
eres lo que no sé explicar.

En tus ojos está ese secreto que no sé mirar,
en tu boca esos besos que no he dado,
en tu sonrisa se esconde una felicidad intacta,
en tus secretos se esconde mi corazón.

Ahí estás, alejada de la realidad,
ahí donde mi mente de idealiza,
donde mi corazón late por ti,
donde sin duda, mi deseo te llama,
ahí donde te puedo amar en calma.

Tal vez tan solo sea un sueño;
tal vez la realidad se mezcla con la fantasía;
por eso te veo como reina,
por eso te beso como mía,
por eso aún te nombro,
por eso aún te quiero,
por eso es tan difícil arrancarte de mí,
por eso eres la musa mía.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Ansiedad

A veces lo que más mata es la ansiedad,
aquella que me invita a escribirte,
a llamarte y buscarte ante la mínima provocación,
que me hace pensarte como un loco,
aquella que me ata a tus ojos.

Tratas de convencerte a ti mismo que puedes,
que el sabor de esa boca saldrá de tus labios,
que su cadencia al caminar ya no te llama,
que esas caderas ya no te excitan,
que esos ojos ya no te miran,
que ya no te ama.

Sin embargo vuelve la melancolía,
el buscar su aroma entre mis camisas,
el recordar el roce de su piel,
el silencio de sus palabras,
sus simples y llanos abrazos,
y volver a ti.

 Lo que más mata es la ansiedad,
de buscarle y amarle,
que me hace olvidar que no lo intente,
que me hace seguir luchando,
que hace que me olvide de los desdenes,
a veces lo que más mata es la ansiedad...

sábado, 5 de agosto de 2017

Endoso

No sé que podría entregarte a ti,
mi bella musa que me inspira a estar aquí;
solo tengo un corazón roto,
una mirada que te busca,
mi pobre y tan maltrecho arrojo
o estos labios que te nombran.

Solo tengo esta necedad de quererte,
estas letras que te buscan a diario,
estos sentimientos resecos de no usarse,
esta valentía de volver a creer
y mis besos... esos jamás te faltarían.

Te podría entregar mis brazos,
mi pecho como almohada,
el roce de mi barba,
la celeridad de mis pasos cuando me buscas,
o la paciencia que me atrapa.

Pudiera entregarte tantas cosas,
mis sonrisas por la mañana,
mis tequieros a medio día,
una mirada con cierto aire de ti por la tarde,
mis insomnios por la noche,
mis letras por la madrugada.

Podría entregarme por completo a ti;
podría endosarme a tu nombre,
podría ser solo de ti 
y aún así sentiría que te quedaría a deber.