Consuelo.

En ambos lados del cristal escurre agua,
el cielo desparrama su tempestad,
por dentro los sentimientos te aclaman,
me piden que te escuche una vez mas.

Desde ese rincón de la casa,
donde el agua inunda un penar,
desde ese escondrijo del alma,
ahí, me he puesto yo a pensar.

Sólo quiero verte de nuevo,
verte reflejada en ese cristal,
justo detrás abrazando mi pecho,
haciendo desaparecer este penar.

De pronto despiertas y siento tu aliento,
me miras y recobro todo mi soñar,
me miras y llegas hasta dentro,
cargándome en tus alas una vez más.

Me abrazas y me elevas del suelo,
contigo yo olvido cualquier penar,
tus besos son mi consuelo,
el consuelo que a mi alma viniste a dar.

Estás...

En cada suspiro estás,

quemándome el aliento,

escondido en tu recuerdo,

en esos labios que ansío besar.

Estás en cada lugar que visitamos,

en cada parque, en cada museo,

estas  presente en mi,

de cada pensamiento de mi mente.

Estás clavada en mi,

en cada recuerdo,

en cada suspiro,

deseando que estés aquí.

Estás aquí junto a mí,

a lado mío son pensar,

estas allí tranquila,

donde nadie más aguanto estar.

Estás en mi vida,

estás en mi mente,

tan adentro de mí,

que es imposible sacarte de ahí.

Estás aquí,

mirándome en silencio,

jugando con los cuentos,

que ayer te escribí.

Estás sonriente,

eres tú mi presente,

y un futuro que no concebí,

por fin estás aquí.

Ya no sé...

Ya no sé cuantas vidas tengo,

y no sé cuantas más contaré,

ya no sé hasta donde llego,

sólo sé que por ti lo haré.

Ya no sé donde estoy parado,

no sé bien hacia dónde iré,

ya no sé cuantos rezos hago,

sólo sé que por ti los haré.

Yo no sé cuanto más me lleve,

ni siquiera que tan lejos estará,

yo no sé si al final me esperes,

sólo sé que junto a ti estaré.

Yo no sé cuanta sangre corra,

no sé bien cuanto me costará, 

no sé si al final me muera,

pero en tus brazos todo se recompensará.

Yo no sé si al final del día,

o quizás otro día será,

sólo sé que al llegar a mi vida,

tú el destino viniste a cambiar.