lunes, 29 de febrero de 2016

Tal vez...

Hay un misterio en tu mirada,
dos razones mágicas para atarme,
insondable espacio en donde deambulo;
dulce depositorio de mis versos.

Aún no concibo tu idea de mirarme,
de abrazarte a mi sonrisa chueca;
a tu pretexto tonto del «así eres tú»,
 a hacerme renacer cada que miro tu sonrisa.

Hay un mito que dicta que desde tu vientre nació la paz;
que los montes saben a lo que saben tus senos;
que en los valles anida la fecundidad de tu vientre;
el mito que dice que yo conquistaré ese mundo.

Tal vez sea el que te siga idealizando;
o que tal vez seas etérea.

Tal vez es que seas esa novela eterna que está inconclusa,
esa tinta que escurre desde la pluma;
o tal vez seas solo el poema corto pero verdadero.

Tal vez ese misterio en tu mirada es el que me hace escribir...
Tal vez... 

sábado, 20 de febrero de 2016

Clima...

Hoy no hace frío, no llueve,
tampoco hay sol;
hoy estoy así,
sin un clima dentro.

Tengo recuerdos de ti,
de tus chubascos formados en mi vaso de tequila,
de tus relámpagos rebotando en mi pecho;
de tus atardeceres llenos de arreboles,
de tus noches serenas después de hacer el amor.

Tengo aún tus ventiscas,
esos fríos aires cuando me reclamabas;
también esas tardes tibias y otoñales,
esas que tatuabas con caricias en mi piel.

Aún sobreviven tus nortes,
esos que me helaban el alma cuando pelabas;
esas húmedas mañanas cuando te amaba.

Hoy ya no hay climas dentro de mí,
hoy ya no hay frío, no hay calor,
hoy, después del huracán hay calma.

domingo, 14 de febrero de 2016

Aún...

Aún hay albores de ti,
pequeños matices de tu trascendencia,
de tu devenir por las tierras de mi pecho,
de ese llano infertil que quedo después de ti.

Aún se siente tu voz,
tal cual como ese viento seco en medio del desierto;
como la llanura incendiada en un verano;
se siente aún destruyendo.

Aún hay resquicios de tus besos,
están pegados en la súbita muerte de mis deseos;
en el andar errante de mi alma trajinera;
en los poros óseos de mi triste calavera.

Aún vives aquí,
justo de donde no pude (ni podré) sacarte;
en el sutil recuerdo de tu mirada clavada en la pared,
de tu café tibio,
del desayuno malecho,
de tu cuerpo desnudo sobre mi cama;
aún vives aquí... 

miércoles, 3 de febrero de 2016

Eres...

Eres tan pecado, 
tan placer, tan deseo;
como esa gota de sal que recorre tu cuerpo;
como la humedad que te recorre y te inunda;
como estos pensamientos que brotan de mi mente.

Eres seducción y pasión; 
luces y sombras en un parpadeo;
destello de soles naciendo en tu pecho;
millones de lunas dentro de tu vientre.

Tienes tú una dualidad bendita,
entre el acero y la carne;
entre la tumba y la cuna;
entre tus ojos y tus labios,
en medio de tus senos y tus muslos.

Eres el dulce valle lejano de mis fantasías;
suave y tersa piel que recorre mi lengua,
que besan mis labios,
eres ese deseo que moja tus entrañas.

Eres una sensación de paz en medio de la hecatombe,
ese susurro maternal que te invita a creer;
eres al fin ese ser celestial.

Eres pecado y resurrección,
vida, muerte y paraíso,
sol, luna y luz;
arrebol y misterio;
luna llena y atardecer incendiado.

Eres... Mujer.