domingo, 14 de febrero de 2016

Aún...

Aún hay albores de ti,
pequeños matices de tu trascendencia,
de tu devenir por las tierras de mi pecho,
de ese llano infertil que quedo después de ti.

Aún se siente tu voz,
tal cual como ese viento seco en medio del desierto;
como la llanura incendiada en un verano;
se siente aún destruyendo.

Aún hay resquicios de tus besos,
están pegados en la súbita muerte de mis deseos;
en el andar errante de mi alma trajinera;
en los poros óseos de mi triste calavera.

Aún vives aquí,
justo de donde no pude (ni podré) sacarte;
en el sutil recuerdo de tu mirada clavada en la pared,
de tu café tibio,
del desayuno malecho,
de tu cuerpo desnudo sobre mi cama;
aún vives aquí... 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario