martes, 28 de junio de 2016

Culpable

Me refugié en ti,
en esa cerrazón y terquedad,
en mi continuo placer por atarme,
en ti, la imagen de la necedad.

Me refugié en ti,
en aquellos ojos claros y fugaces,
en aquellas miradas perdidas,
en tu continúa forma de amarme.

Me refugié en ti,
en este amor que te tengo,
en este odio hacia ti,
en nuestras locuras y en nuestros besos.

Me refugié en ti,
aún sabiendo de las ruinas,
ahí esperando el estallido,
solo ante el derribo.

Me refugié en ti, 
en tu anochecido pelo,
en tus mareas brutales,
en tus valles y volcanes.

Me refugié en ti,
por la necesidad de no dañarme,
para culpar a alguien,
para no llorar este alargue.

Me refugié en ti,
terminé por amarte,
por deshacer todo el concepto de ti,
por empezar a extrañarte.

Me refugié en ti
y terminé por adorarte. 

miércoles, 22 de junio de 2016

Detrás de la mirada...

Podría hablarte de la hermosura de tus ojos,
de esas dos almendras suculentas que engalanan tu rostro;
de aquellos mares de miel que me ahogan;
del inefable dulzor de tu mirada.

Pero no, no quiero hablar de lo que todos saben;
prefiero decirte que hay algo que esconde tu mirada;
que desde su profundidad se puede ver tu valentía;
que detrás de esos hermosos ojos hay una mujer.

Prefiero imaginarme hablando a través de tus ojos;
mirarme sencillo reflejado en tus pupilas,
sonreír despojado de mí, mirándote.

Mejor contarte que desde que los vi hay una esperanza;
que de la sencillez de tu charla descubro mundos;
que es en tus letras donde yo me divulgo.

Así prefiero descubrirte, descubrirme;
a través de ti, de tu mirada;
de aquél vacío lleno de emociones,
hermosa contradicción;
de tu rostro de niña que enmarca tu madurez;
de tu sonrisa inagotable frente a la vida,
de tu entereza y de tu virtud.

Descubrir a la mujer, detrás de la mirada. 

martes, 14 de junio de 2016

Isla

Me desenredo en las salinas de tu vientre,
aquel valle salado que me cubre,
con la luz de tu ocaso sobre mí,
aquellos ojos diáfanos y misteriosos.

Desde tus muslos veo la inmensidad;
cerca de donde se encierra el misterio de la vida,
aquel secreto que sabe a pecado y placer;
me sonríes mientras te contemplo.

Sombrías montañas yacen en tu pecho;
perfectas altitudes que redondean tu corazón;
titubeantes colosos que se mueven al compás de tus pasos.

Y luego están tus piernas;
aquél bello par que me roba los sueños;
kilométricos caminos que recorro con mis besos;
el sendero hacía el lugar prohibido.

Así, como una isla te eriges ante mí;
con la profundidad de tus aguas en aquellos ojos claros;
con la espesura de tus olas color azabache;
con la sonrisa que ancla mis más grandes sueños.

Así, como un corsario llego hasta ti;
para conquistar esa tierra de ensueño;
para mancillar la virginal playa posándome en ella;
para amar a la musa que se esconde en sus arenas. 

jueves, 9 de junio de 2016

Dudas.

Algunos días me pregunto tantas cosas:
¿qué haría yo sin ella?;
¿le habrá llegado mi carta?;
¿qué hacía antes de querernos?.

A veces las preguntas me agobian:
¿estará bien?,
seguro ya comió; 
¿con quién será feliz? 

Las dudas vehementes me invaden:
¿de verdad me querrá?;
su sonrisa es perfecta, 
¿será por mí?

Y luego llega, me abraza,
las dudas se disipan,
¿sabe a miel?
ojalá nunca la vea marchar.