viernes, 28 de febrero de 2014

Tú no eres un ángel

Tú no eres un ángel,
los ángeles no tienen corazón,
no aman, no sienten, 
son buenos por naturaleza,
tú no, tú no eres un ángel.

Te he sentido humana, 
frágil y dura, 
espontánea y taciturna,
bella como ninguna, 
pero con una sublime humanidad.

Podría verte como un ser celestial,
por tu cuerpo de diosa,
tu andar angelical,
o tu simple sonrisa.

Más cuando ahondo en ti, 
en tu ser, en tu vida, 
descubro tu alma, 
la hago mía, 
me cautiva, 
sólo sonrío y hablo de ti.

Tú no eres un ángel, 
lo supe desde el principio, 
por la forma en que me miras,
por tu forma de amar,
por tu sencillez espectacular,
por tus delirios de inocencia, 
por los besos que me das, 
y por la sutil maldad que tienes al pecar.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Amame desde...

Amame desde los segundos que nos sobran,
desde aquellos momentos fugaces,
desde aquellas madrugadas eternas,
en fin, desde todos aquellos lugares.

Te pido que me ames desde cualquier lugar, 
desde la puerta o la ventana. 
desde el ocaso o el mar,
desde el silencio o la brama, 
desde el infierno o la paz.

Te dejo amarme desde donde quieras,
desde mi tumba hasta mi soledad,
desde mis risas hasta mis encantos,
desde mis principios hasta el cruel final.

Permíteme amarte desde donde yo quiera,
desde tus senos simétricos o tu suspirar,
desde aquél suave lecho,
desde el manantial infinito de mi pecar.

Yo sólo quiero que me dejes amarte,
que me ames poquito con tu respirar,
que te entregues a esta algarabía de besarte,
de amarnos juntitos hasta culminar.

Hay que amarnos sutiles y francos,
callados, ausentes y con timidez,
hay que hacerlo también tan vehementes,
como un buen soldado a su patria defiende.

domingo, 23 de febrero de 2014

Yo no escribo poesía...

Desde tu desnudez admiro la poesía,
la miro en tus pupilas, 
la toco en tu suave y tersa piel,
la escucho de tus angelicales labios.

Al estar en ese cenit,
el silencio es el sublime sonido del amor,
de la paz,
del calor que desprenden tus muslos,
de la dulce tonada que me das mientras beso tu cuello,
se hace poesía sin querer,
porque eso es el amor,
un acto de fe convertido en arte,
una caricia convertida en canción,
un beso certero que dibuja un pincelazo,
un abrazo que en un verso se transforma al final.

Puedo encontrarme destruido entre tus manos,
más nunca estaré muerto en ti,
la semilla que he sembrado en tus labios,
te hará repetirme hasta tu propio fin.

Vivo en una zona de guerra,
aquella que forma tu mente y tu corazón,
aterrado escribo desde mi trinchera,
una tregua para está bendita ocasión.

Más me desencanto de las leyes,
me ilusiono con tu dulce mirar,
con la simetría perfecta que gozan tus brazos,
y tu pecho abierto queriéndome amar.

Yo no escribo poesía, 
traduzco tus formas y tu bestial amor,
yo sólo escribo en tu nombre,
la poesía que tú vives con tanta pasión.

viernes, 21 de febrero de 2014

Fémina...

Desde tus caderas surge el viento que da vida,
en tus montes la brisa que me da paz, 
desde el valle largo que forma tu vientre te miro,
es preciso que te tenga que amar.

Entre tus paredes tallo mi nombre,
lo grito y tu eco me hace vibrar,
de pronto la seda de tu dulce mano,
me toma y en silencio te empiezo a besar.

Ya te has convertido en mi patria amorosa,
esa que sin duda en su defensa voy a luchar, 
eres la morada de mis cansados pasos,
el rincón donde mi alma se sienta a jugar.

En tu cuerpo desnudo escribo mil versos,
en mi mente los grabo en la roca de amor,
eres para mí lo que fue para mis ancestros,
la madre que se conecta desde el corazón.

Eres la vida, la muerte y hasta la divina existencia,
eres sol que brilla sin desvanecer,
eres tú la luna que cuida mis pasos,
eres la niña que se hace mujer.

Yo te amo desde mi esperanza,
con la fe puesta en tu bello ser,
eres quien me bendice con tanta belleza,
y que me castiga con su hondo placer.

Eres tú, la diosa, la hembra,
la madre, la tierra y la bella mujer,
eres tú, grandiosa, 
la misma que ha dado sublime placer.

Hoy te escribo desde tus colinas, 
desde tus valles eternos o tus labios bellos,
hoy te escribo desde tus salinas pupilas,
desde el manantial secreto de mi deseo eterno.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Póstumo.

Soñé con tu voz, con tu latido,
con esa paz que me dan los campos,
con el calor de las mañanas,
con el tibio aroma de tu aliento.

Soñé otra vez con ese rojo de tus labios,
tan parecido a las hojas del otoño,
las que amábamos pisar en la avenida,
las tardes que sorpresivamente nos amamos.

Soñé en volver a sentarme en un tronco,
en esa sensación de mar,
en que he vuelto a soñar,
que he vuelto a ver a mis demonios,
esos ruines que me han hecho regresar.

Soñé con verme en tus pupilas,
esas burbujas hechas de tornasol,
esos míticos orbes en donde vivo,
luchando siempre por amor.

Volví a soñar con una patria libre, 
con luchar por vivir junto a ti,
con la libertad que una vez yo tuve,
con las promesas que siempre te di.

Desde este umbral te escribo,
esta carta que tal vez no llegará,
un tierno beso que jamás te he dado,
o esta lágrima que resbala por ti.

Perdón por irme de tu lado,
sabes que mi terquedad puede más que yo,
puede ser que pienses que no te he amado,
pero por eso es que he ido yo.

Hoy te escribo soñando,
desde una celda, o desde el panteón,
sólo no olvides que pensando en tus brazos,
este guerrero cayó por tu amor... 

lunes, 17 de febrero de 2014

Soplo.

Como el atardecer se incendia tu mirada,
valiente, intempestiva,
gloriosa como un llano en primavera,
bella como una avenida en otoño,
tan hermosa que solamente cabe en tus ojos.

Entre suaves brazas siento mi alma,
arde como un carbón al rojo vivo,
lo siento cuando me miras,
con una chispa de alivio enciendes mi corazón.

Con la suavidad de una tormenta irrumpes en mí,
me llenas, me elevas, me haces tuyo,
con una caricia el soplo de vida rueda en mí,
recorre mis venas, me hace vivir.

Soplas en mí, me robas suspiros,
cómo la luna a las mareas me controlas,
no sé que pensar,
me desprendes de mí,
me haces volar y creer,
creer que tal vez Dios,
se haya convertido en ti.

Yo me conformo con mirarte, 
tranquila como después de pecar,
besándote tranquilo, templado,
hasta hacer nuestros cuerpos vibrar.

sábado, 15 de febrero de 2014

Centauro.

Entre la hostilidad en mi pecho se dibuja, 
sobrevive el alma de un centauro herido,
uno que se niega a morir en la soledad, 
en aquél gélido río de sentimientos y sangre.

Se aferra a luchar, 
así como el espíritu de un guerrero,
se levanta en si mismo,
un poco cansado de seguir,
de la flaqueza saca brío,
como un golpe de respiración llega,
esta frente a ese río,
aquél que ha quedado súbitamente vacío,
después de tanto amor.

Él es preso de una guerra que no es propia,
de un conflicto donde no se le llamó,
el nació del cadáver de una copa,
del corazón herido de un escritor.

Así se levanta alegre, 
con las fuerzas propias de un gran vencedor, 
extiende su brazo combatiente,
preparado para la guerra de hoy.

Un renovado brío lo llena, 
contagiando a su contenedor, 
está ya preparando la guerra,
vencerá a su ruin competidor.

Como el fénix renace de los restos,
con él, renazco yo,
esa parte de un ser interno,
que se niega a sufrir el dolor.

Hoy con un corazón centauro,
fuerte como un semidiós,
me aferro a las alegrías,
a un mundo lleno de color.

jueves, 13 de febrero de 2014

Del amor...

Mientras el sol incendia el alba naranja 
yo miro tu rostro hipnotizado,
lo encuentro irreal ante el taciturno entorno,
que me lleva a pensar en tu rostro, de nuevo,
y en ese lunar, y en aquella dulce voz en ti.

De nuevo me encuentro ahí, 
entre la mágica espera de un sueño robado, 
entre el estrepitoso sonido de tu voz al amar, 
entre aquel valle que se moja al besarnos.

Me encuentro solo, más no me siento así,
me miras de regreso, ríes y la calma nos acecha, 
tú estás parada ahí con mi camisa sonriendo,
debes ser una reina, o tal vez lo eres, 
tal vez soy yo quien esta muerto o soñándote. 

No lo entiendo, pero estas cosas son así, 
tú allá, yo acá, después de estar los dos en un mismo lugar, 
inentendible para las leyes de la física,
pero explicable con las leyes de la pasión.

Es entonces cuando me vuelves a mirar, 
cansada del silencio me quieres besar, 
me lo dices y suspiras, 
con ese soplo, partículas de mí salen volando,
se estrellan en las paredes de tus pechos, 
deslizándose poco a poco hasta llegar a tu vientre desnudo, 
otra vez tú y yo, otra vez aquí, 
otra vez la guerra que incendia la habitación,
otra vez la fuerza de las pasiones,
y al final sobrevivimos los dos,
entre tragos de café y copas de champagne,
entre tus dulces y helados labios,
resquicios de lugares comunes en los dos,
ruinas de corazones amados en otros tiempo,
rotos en la inmensidad de un amor contemporáneo,
coincidente en la idea de volver a pensar,
en buscar la panacea a los sentimientos
y conformados con el paliativo del amor, 
del más físico de ellos, aquél que le da cuerpo a la pasión.

Así te encontré, una vez más,
otra como tantas otras,
leyendo mientras esperas que despierte,
fumando mientras reímos los dos, 
y es así como víctimas de la pasión,
nos convertimos en victimarios del amor,
cómplices de un mismo crimen,
uno que deja una sonrisa después del ardor.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Océano

Vivo anclado al tibio color naranja del ocaso,
del suave y taciturno beso de amor,
de la violenta y cálida caricia,
anclado a un mar de esperanza.

Entre ese inmenso mar lleno de ilusiones,
hay barcazas que acompañan mi destino,
navíos llenos de fe y nostalgia,
algunos, tan sólo botes de soledad.

Yo me halló aquí, surcando este mar,
como el almirante que decide abandonar su hogar,
para encontrar en el océano su propio nido.

Soy prisionero del mar que me lleva a ti,
del agua que me guía hasta tu costa,
de este viejo barco y de la marea,
de esta vieja brújula sin dirección.

Confío en que pronto pueda tocar puerto,
encontrarte tranquila usando tu solera,
sentada en la playa leyendo, bebiendo y saludando,
con la sonrisa apretada de encontrarme al fin,
cansada de esperar y corriendo hacía mí.

Por eso yo sigo surcando este océano,
buscando miles de tesoros en mi devenir,
para que cuando logre encontrarme en tu rostro,
te entregue mi alma, en un gran festín.

lunes, 10 de febrero de 2014

Tu música...

Entre tu música tomas fragmentos de mí, 
los haces tuyos, 
con un aleteo de tus pestañas incendias el alba, 
y con ella mis sentidos.

Yo te miro desde mi trinchera, 
con mi pluma como rifle y el papel como escalera,
prófugo de tu sonrisa y convicto de mi soledad,
te espero sentado en la barra de aquél viejo bar.

Entre versos me sonríes, me haces tuyo de nuevo,
revuelves mi ser con tu magia, me llevas a cero,
me tuerces los recuerdos y desnudas mis adentros,
me aniquilas la guarida con tan sólo un simple verso.

¿Cuánto has tardado?, réplicas suavemente,
¿es una simple pregunta o mi condena de muerte?,
yo solo te miro y fumo un cigarro,
no entiendo como tu viste en mí, algo humano.

Me siento tranquilo frente a tu reflejo lúcido,
ese que se refleja en el espejo sucio,
con una suave caricia me entregas el alma,
yo sigo adormilado, pensando en la calma.

Escucho a lo lejos tu bella melodía,
esa que parece que al sol le da alegría,
la oigo y trato de distinguir tu voz,
una nota bendita venida del mismo Dios.

Me dejo suelto, llevar por tu vientre, 
por la melodía de dos que si sienten, 
por el dulce verso de dos enamorados, 
por la música linda que me has regalado.

Hoy me regalas una bella sinfonía,
me susurras al oído tu dulce melodía,
me atrapas entre tus bellas notas,
con esa canción mis penas están rotas.

domingo, 9 de febrero de 2014

Me he enamorado...

Como la marea de la playa, 
así me he enamorado, 
como un infante de su madre, 
como un ciego de la oscuridad,
como un sediento del agua, 
me he enamorado de ti.

Entre penumbras miro, 
no sé que pensar, 
¿ha decir verdad qué miro?,
sombras y nada más.

Hoy me he enamorado,
ya es raro a mi edad,
no logro comprender el acto,
más yo me dejo llevar.

Creo que me he enamorado algo extraño,
un tanto loco en mi pensar,
algo así como el sol y la luna, 
que juntos jamás estarán.

Por otro lado entiendo que este palpitar,
tiene vigencia en otro pecho,
en otros brazos y en otro cantar,
que cabe ahí, justito,
en tu pecho de princesa triunfal,
que sirve para que dos cuerpo se vinculen en su andar.

Yo solo sé que me he enamorado,
tercamente como mi razón, 
estúpidamente enamorado,
como puberta ilusión.

Hoy yo sé que me he enamorado,
chistosa la sensación,
esa misma que he rezagado por años,
consagrándome a la razón.

Estoy feliz y adormilado,
casi cómo un bebé,
ha de ser eso estar enamorado,
o tal vez eso fue.

sábado, 8 de febrero de 2014

El amor es...

El amor es una tregua entre sus demonios y los tuyos,
entre la calma que antecede al huracán y la paz,
entre el estrepitoso silencio y el suave grito de amor, 
entre sus uñas clavadas en tu espalda y un beso en los labios.

El amor es también la guerra entre los dos,
un conjunción de dos caóticos corazones en uno solo,
de dos granadas a punto de estallar, 
de dos balas a punto de chocar.

El amor es vida, porque él la crea y la destruye, 
es igual al agua despeñándose, poderosa y vociferante,
pero también como un felino, violento y sigiloso.

El amor es tan simple como un beso en los labios, 
tan complicado como tratar de explicarlo, 
tan necesario como necesitar respirar,
y tan destructivo como enamorarse sin tino.

El amor es un nicho de alegría y sufrimiento, 
es aquella contradicción mágica que llena de vida el ser, 
desde la dicha que hace parecer a la vida un sueño, 
hasta el sutil dolor que paraliza tu ser y te recuerda que vives.

El amor es en sí mismo una contradicción,
es la guerra y la paz, el cielo y el infierno, es vida y muerte, 
es también la maravilla de sentir, de vivir y de soñar,
es entender los misterios del ser, sin serlo, 
es estar fuera de sí y sin embargo siendo por el otro,
para acabar pronto el amor es sencillo, nos hace vivir.

jueves, 6 de febrero de 2014

Duelo

Como el aire susurras en mi oído, 
me dices que me amas, 
que no puedes vivir conmigo, 
ni sin mis besos por la mañana,
que es solo una treta del destino, 
que tu amor y el mío no se llevan, 
pero que tu amor y el mío se desean.

Como el frío golpeas en mi pecho, 
es un golpe de despecho, 
un golpe de desesperación, 
un golpe de anhelo, 
es la lucha entre tu orgullo contra tu razón.


De repente me besas, 
ahora ya no sé quién soy, 
sí solo soy el demonio que se enjuga con tu cuerpo, 
o aquél ángel que ha venido a llevarte hasta dios.


No lo entiendo, te ríes y fumas,
primero colocas en mi espalda alas, 
como dos cuchillos afilados, 
después las arrancas de un tajo, 
metiéndome tus dedos en mi yagas.


Disfrutas esa incertidumbre que creas en mi, 
la gozas, 
lo haces con tanta vehemencia que también lo hago yo, 
no entiendo, 
solo juegas con mi mente, 
al final ya no sé ni que soy yo para ti,


Sonríes, mi cráneo revienta en partículas de mí, 
te ríes, mi alma se abalanza hacía ti;
por último me besas, 
lo haces con tanta alevosía que por fin creo en ti, 
entonces descubro que no soy yo sin ti.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Invierno.

Entre un café y tu sonrisa se pasa mi vida,
tan frágil y sana que cabe en tu sonrisa,
en ese preciso instante cuando me miras discreta,
en aquel tenue suspiro que ilumina la luna.

Vivo atrapado entre pasiones y sueños,
entre caricias no dadas y besos eternos,
entre tu piel y tus ojos, 
o entre tus dulces labios,
vivo pegado a la sonrisa que me has dado.

Con un suave guiño me encuentro en tus ojos,
en esas cafés pupilas me siento gozoso,
es un souvenir que mi alma reclama,
ese recuerdo de mirarme reflejado en tu alma.

Con un velo tú cubres tu rostro,
discreta, misteriosa, me llenas de gozo,
con la ligereza de tus pasos bailas,
al final es tu vientre quien me hunde la yaga.

Con un suave beso me miras tranquila,
en mi cuerpo me invade una gran algarabía,
es que a tus labios por fin he besado,
este gran soñador que por ti a soñado.

Así entre el café y tu sonrisa fui dándote la vida,
con albas llenas de destellos y de una sutil alegría,
junto al invierno cruento con el que coincidimos,
que desde aquél suave beso, el calor ha traído.

martes, 4 de febrero de 2014

Entre una pestaña...

Entre una pestaña te miro pasar,
cual si fuese ventana que desde el alma mira,
te atraviesas entre un recuerdo y mi soledad,
solo para sacarme del fondo una sonrisa.

Del otro lado me encuentro yo,
nadando en una piscina de cristal,
con la brisa de ilusión en tu mirar,
y la mueca de esperanza entre tu rostro.

Dentro de tu laberinto me he perdido,
ese en donde escondes a quién amar,
aquél que me ha llevado consigo,
hasta dentro del fondo de tu ser.

Camino sin rumbo entre las paredes,
dibujo con mis manos un sueño al final,
a besos convenzo a tu tierno lado,
que al final con caricias yo te he de amar.

Como un espiral tú me has atrapado,
girando entre besos no puedo escapar,
entre el declive de tu vientre me  resbalo, 
tus manos me atrapan y me hacen crear.

Entre tu fuego incendias mi alma,
con la inocencia de un dulce menor,
con la pericia que el diablo ostenta,
enamoras el alma de un ruin trovador.

Así, entre una pestaña me he sentenciado,
a un infierno o un cielo con tu incógnito amor,
y todo esto ha sucedido tan pronto y tan largo,
como solo en una mirada podría suceder.