miércoles, 26 de febrero de 2014

Amame desde...

Amame desde los segundos que nos sobran,
desde aquellos momentos fugaces,
desde aquellas madrugadas eternas,
en fin, desde todos aquellos lugares.

Te pido que me ames desde cualquier lugar, 
desde la puerta o la ventana. 
desde el ocaso o el mar,
desde el silencio o la brama, 
desde el infierno o la paz.

Te dejo amarme desde donde quieras,
desde mi tumba hasta mi soledad,
desde mis risas hasta mis encantos,
desde mis principios hasta el cruel final.

Permíteme amarte desde donde yo quiera,
desde tus senos simétricos o tu suspirar,
desde aquél suave lecho,
desde el manantial infinito de mi pecar.

Yo sólo quiero que me dejes amarte,
que me ames poquito con tu respirar,
que te entregues a esta algarabía de besarte,
de amarnos juntitos hasta culminar.

Hay que amarnos sutiles y francos,
callados, ausentes y con timidez,
hay que hacerlo también tan vehementes,
como un buen soldado a su patria defiende.

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