domingo, 29 de enero de 2017

Me gustaría hablarle de ti al mundo

Me gustaría hablarle de ti al mundo;
de tus sonrisas fugaces,
de aquella manera tan linda que tienes de reñir,
de tus silencios mientras me miras,
de como me robas el aliento cada que dices te quiero.

Me gustaría hablarle al mundo de tus ojos,
esas dos avellanas profundas y suculentas; 
de tus mejillas rosadas y lindas,
de esa canción que forma tu dulce voz en mi mente,
de como caminas,
de tu delgada figura.
de lo loco que me vuelves.

Me gustaría hablarles de ti,
contarles de como sanas con tus sonrisas,
de la forma en la que mirando logras decir las cosas,
de como quieres,
de tus manos presionando las mías,
de tus besos suaves y templados,
de esa manía tuya de sacar conjeturas apresuradas.

En fin, me gustaría hablarles de ti, 
pero me aterra que alguien más pueda ver lo que yo vi, 
que alguien me robe esa sonrisa,
por eso no me atrevo a hablarles de ti. 

jueves, 26 de enero de 2017

Las últimas primeras veces

En tus labios vive mi último primer beso;
esa sensación de emoción que frena mis latidos;
en tus ojos vive mi reflejo mientras me miras;
aceleras mi respiración,
enervas mis sentidos,
me elevas,
dispones de mí.

Tomas mis manos mientras te miro;
las oprimes fuerte mientras me acerco;
me pides que no lo haga,
que no te bese,
mientras, tu corazón me grita que lo haga;
me aferro a la idea de un imposible,
de amarte sin descaro,
de regalarte mis teamos,
de vivir prendido a esa sonrisa tuya.

Me tienes soñando,
en aquellas últimas primeras veces,
en como ser el que te cuide,
en como ser el que te ame,
en convertirme en tu sonrisa eterna.

Mi niña mala, 
me pides que no te quiera;
me dices que desista;
pero sigo luchando,
porque me lo has demostrado;
porque lo he sentido,
porque me has tocado.

Sucumbo ante tus palabras,
aquellas que ocultan un te quiero,
que no me cuentan que hay en tu corazón,
pero que sonríen cuando te cuento que lo sé.

En ti hay un respiro,
una luz,
un motivo,
la razón de sonreír,
en ti hay todas esas últimas primeras veces. 

domingo, 22 de enero de 2017

Olé...

Eres ese cosquilleo en mi garganta;
esa sensación que sube por mi cuerpo,
la pasión hecha mujer,
el clamor de mis adentros.

Tienes el cuerpo de los tintos asolerados;
esa dulzura en el vaivén de tus caderas,
la maravilla de verte caminar hacia mí;
de sonreírme y prenderme en tu mirada.

Ese aroma tan tuyo lleno de soberbia;
comparable solo con el de un buen habano;
con la sutileza de robarme el aliento;
con la ferocidad de acelerarme el ritmo.

Tienes la altivez de las bailaoras;
mujer que aunque no conoce este mundo me atrapa,
me lleva templado dentro del vuelo de su falda, 
como un toro en el engaño;
me haces faena con tus besos,
en la forma en que sonríes,
con tus palabras tiernas.

Eres tú, aquella bella dama,
la que viene con duende avivando mis soleras;
enseñándome a escaparme del sufrimiento;
llevándome templadito, suave;
como torero fino;
arrancándome un olé del alma,
prendiéndote de mi destino.

Eres tú, maja, 
la que has abierto el camino;
la sonrisa salvadora en este día de frío;
de esas tardes con fiesta;
de los soles vacíos;
de las sombras intactas,
de mis amores ficticios;
de los poemas inconclusos,
de mis pasiones sin miedo.

Eres tú, la mujer que ha venido;
que fuera de este mundo;
mi corazón hace suyo;
que me tiene gritando los olés por sus mundos. 

jueves, 19 de enero de 2017

Diosa, semilla y mujer

Eres aquella llama fría que me calienta;
el hielo que entibia mis frías madrugadas;
esa sensación de quererte y alejarme;
eres tú, la diosa, la semilla y la flor.

En tus manos caben mis sueños;
en tus sueños caben mis anhelos;
en tu risa recae mi vida;
en tus labios es donde sano mi lucha.

Eres tú, ese bastión del deseo;
la cuna de mis más profundas ansias;
diosa que llena de pasiones;
semilla que fecunda mi corazón infértil;
flor que alegra mis mañanas.

Con tu fuego enfrías mis exacerbaciones;
con tu frío alimentas mi flama;
eres la contradicción perfecta;
eres a quien mi alma llama.

Al final yo me congelo dentro de tu flama;
ardo sin prisa dentro de tus caderas heladas;
me clavo en clavículas mojadas;
en ese brillo de tus ojos;
en la caída de tu cabello oscuro,
en esa sonrisa perfecta que me llena el alma;
en ti, diosa, semilla y mujer.

martes, 17 de enero de 2017

Tu ausencia...

Tu silencio me aterra,
esa ausencia de ti que me quebranta;
la sensación de vacío,
del estar y no estar.

Hoy estoy aquí,
mi mente está contigo;
te recuerda mientras se eleva en este humo;
te vivo, siempre a cada minuto.

La melancolía me hace llamarte,
el sabor de tus besos,
la sonrisa de tus labios,
hasta esa manía de reñir por todo;
te extraño,
te lo digo sin ataduras, pero sin aspavientos;
lo hago porque también es una bonita forma de amar,
de sentir, de añorar,
de buscarte en los imposibles,
de realizarlos y sonreír,
de darme cuenta que aún así no estás;
de gritar en silencio;
de amarte sin tenerte,
de sentir sin sentir.

En fin, al final tu ausencia también me quiere;
me atrapa y no me deja ir,
como lo hacías en los días buenos;
así, tu ausencia me ata a ti...

miércoles, 11 de enero de 2017

Me gusta...

Me gusta rodear con mis manos tu cintura;
aquél espacio donde habita mi deseo;
el vórtice que danza con ritmo y me hipnotiza;
el eje de esa forma tan tuya de caminar.

Me gusta verte mientras luces cotidiana;
cuando pocos pueden ver la belleza en lo que haces;
cuando te limas las uñas;
cuando manejas tu auto;
cuando riñes con los transeúntes;
cada pequeño gesto,
es ahí donde escondes la belleza de lo real;
de esa sintonía que me ata a este mundo;
que sin embargo me hace soñar,
que permite que flote en tus ojos cristalinos;
que nade en la bahía de tus dedos largos y delgados;
que me apropie de esa elegancia tan tuya;
de esa sencillez que me mata y me revive.

Me gusta lo suave que cae tu excelsa sonrisa;
aquella que alumbra mi serenidad;
aquella que me invita a vivir la vida,
que me hace rebelarme y vivir impulsos.

Me gusta ese cabello tuyo que se enreda entre mi barba; 
aquél telar de sueños pintados de lentejuela;
o tus ojos,
aquellos con piel de jaguar que esperan al acecho;
que me cazan, 
que me esperan;
esa mirada tan tuya.

Me gusta ese momento lleno de paz en el que cantas;
en el que vives;
en el que rezas;
aquel momento en que haces amarte. 

domingo, 8 de enero de 2017

Caminante...

Caminas imaginando donde flotar;
liberas tus sueños,
aquellas aves que vuelan e inundan hogares,
que calientan mi pecho.

Floreces cada vez que sonríes;
eres ese ocaso de otoño,
mágica, hermosa;
tan real que puedo tocarte;
la yema de mis dedos a tu alcance;
y al final no sé quién llegó a quién.

Tú, huracán que atormenta mi calma;
que me enamora y me aleja;
que sin embargo me ata a esos labios con sabor a mar.

Pienso en ti,
te pienso;
eres esa idea concurrente en mi espacio;
aquella bella sonrisa que se cuela en mi mente;
eres el interés real en volver a creer.

Y ahí estás,
con tus dramas sin motivo;
con tu secreto entre la mente;
con mi deseo en tu cuerpo;
con la memoria atada de este poeta.

Y ahí vas, caminando imaginando donde flotar.

domingo, 1 de enero de 2017

Te deseo

Hoy amanecí deseándote;
más allá de tocarte la piel y besarte los labios;
hoy amanecí con el deseo de verte,
de abrazarte y derrumbarme en vos.

Hoy te deseo;
lo hago como se desea una sonrisa en la tristeza;
una gota en la sequía; 
un abrazo en la soledad;
una palabra de aliento.

Te deseo;
con la fuerza con la que mis manos quieren tocar tu piel;
con la cadencia que mis labios planean besar tu boca;
con el ímpetu de verte cada día motivándome;
te deseo, con esa vehemencia demente. 

Te deseo,
así como se desea el perdón de un ser amado;
como un trino de ave en el más profundo silencio;
como silencio en el más estrepitoso caos;
así te deseo.

Mujer, te deseo.