jueves, 30 de abril de 2015

Quiero ser un poeta...

Quisiera ser un poeta,
de esos que metaforizan,
que hablan de las miles de voces en su cabeza,
de los cientos de colibríes volando en derredor, 
de esos a los que la vida nos les interesa;
que prefieren tomar una cerveza con la muerte,
jugar a los dados, o a la ruleta rusa.

De esos seres que no saben soñar,
o que sueñan tan bien que lo viven,
de aquellos que cambian de piel cada noche,
que se visten de héroes caídos,
aquellos inflamables individuos que se abrazan a las flamas,
que se acostumbran a todo menos a la costumbre.

Quiero ser de esos seres misteriosos,
que saben amar sin tocar,
que la pasión les brota por las manos,
aquellos que ven al amor como materia prima,
que se les trasmuta la sangre en tinta,
los que de verdad viven la vida,
los que sin querer tienen que sentirla.

Quiero ser un poeta...

jueves, 23 de abril de 2015

Transmutación

Hay sonrisas que se convierten en poemas,
que nacen y mueren en hojas de papel,
en ojos opacos por las lágrimas,
en las transparencias del amor.

Hay sutiles dejos de poesía en el amor,
esos rubores de soledad en la pasión,
los rastros de deseo en el caos,
el sutil lenguaje del amor.

Rastros de ti en la comas,
en mi soledad,
en mi quebrantada alma;
poemas escritos con fuego y cristal,
letras que rasgan un corazón herido,
uno que busca una fe nueva,
o renacer en la anterior.

Sonriente y estoico espera la sentencia,
este moribundo criminal,
cuyo crimen fue no imaginarse con alguien más,
ahora finado en este punto final.

miércoles, 22 de abril de 2015

Tierra.

Qué le digo al ave que llora,
al deseo impuro de quererte gobernar,
a la soledad que me abraza ahora,
a tus caricias de suave bondad.

Hay tras de ti una historia de magia,
millones de vidas que enteras sufrís, 
una canción con triste tonada,
una vida que no quieres vivir.

Sobre tus hombros cuelga la vida,
sonrisas y llantos en ríos correr,
con la nostalgia de la muerte cobrada,
como un fénix vuelves a resurgir.

Eres la Gaia, la fe y la esperanza,
Pachamama y Tlaltecuhtli,
vida y muerte, 
fecundidad y sequía.

La tierra.

jueves, 16 de abril de 2015

Fantasma.

Y así me gustaste,
obstinada, infinita; 
natural y fantasiosa,
casi como tus besos.

Poco a poco me enamoré,
entre tus cándidos muslos,
en tu vientre de coral, 
en tus senos de nube.

Eres algo así como perfecta,
taciturna e ilógica,
loca y embriagante,
voraz como una loba.

Hacías transfusiones de tinta a mi corazón roto.
herías al mismo tiempo mi libertad,
verdugo y juez, eso eras,
tímido saludo matinal;
caricia con la que despides el alba.

Maratón de sensaciones en mí,
tu cuerpo, nicho de deseo,
infranqueable guarida de mi pasión.

Tus ojos acuosos y pardos,
piscinas de amor de papel,
de orgasmos de verdad,
de seda que envuelve y ahorca,
que mata y reconforta,
que da a luz y lastima.

Redondel lleno de muerte,
de ritual y de espiritualidad;
Quirófano de vida, 
primavera nevada; así, 
 como la contradicción de tenerte,
de besarte, de verte.

Por último un réquiem,
este que escribo aquí,
a la voluntad amorosa de un poeta caído,
a la musa perdida entre labios partidos,
al poema escrito con tinta de mi ser en tu piel,
aquél que muere con este punto final.

domingo, 12 de abril de 2015

Autoretrato de la soledad

Hay matices de soledad en su corazón,
trazos de dulzura que dejó un amor,
una ilusión perdida, un beso,
su verdadera pasión.

Entre letras trata de deshilachar su pena,
de explicar uno a uno sus fracasos,
esas heridas de un corazón roto,
tan roto que ha perdido la fe,
la esperanza, las ganas,
mismas de encontrar a su homologo descosido.

"Es triste", le dice su alma,
"no debes resignarte", parece burlarse el dolor,
"escucha, vives", le dice lo que queda del corazón.

Y así es como pasan las horas,
como pesan, como se esfuman con el humo;
ahogadas en el fondo de un tequila,
como hieren en lo más hondo;
mientras el reflejo pide a gritos a alguien...
así, como el autorretrato de la soledad.

martes, 7 de abril de 2015

Por eso...

Tus ojos me miraban desde lejos,
esas prisiones de arreboles y sueños,
aquellos estanques del color de la esperanza,
el impostergable lugar a donde regreso.

Dentro de dos montañas nevadas caí,
eran tus senos desnudos, 
tibia caricia que me abraza, que me conforta,
el recinto de mis sentidos,el templo de tu corazón.

Con la pesadez del viento te cuelas en mi pecho,
entras y sales,
floreces y marchitas,
otoño y primavera
natividad y expiración.
guerra y paz.

De repente te veo flotando por la soledad,
por mi amado tesoro,
atravesando las pompas de jabón,
orbes tornasol que nos tragan y devuelven;
Tú, tan limpia y pura,
tan seductora y provocativa,
tan meliflua y a la vez estridente,
tal como eres.

Por eso estas aquí,
es como mi maldición bendita de tenerte,
de besarte y poseerte,
de la distancia, de la flor,
de las letras enclaustradas en esa carta,
del edén de tu corazón,
del volcán en medio de tus piernas,
de la pasión exacerbada por mi naturaleza.

Por eso estoy aquí, 
maniático de tus proezas,
con el sentimiento inefable de poderte mirar,
de tu sonrisa atrapada en mis ojos de cristal,
por eso estoy,
por no poder dejarte de amar.

domingo, 5 de abril de 2015

Utopía.

Existe un país que nunca se visita,
ahí donde sus hijas son doncellas sin salvar,
donde un rey no usa corona,
donde el poder es respirar,
donde la fruta es rica,
donde vivir es disfrutar.

Existe un país sin ninguna virtud,
que su mayor logro es el de ser feliz,
un lugar tan inhóspito,
tan lejano,
un cementerio de buenas razones,
de buenas costumbres,
un lugar donde la lluvia moja y fecunda,
donde el sol calienta y no quema,
un lugar que rompe las paradojas de la sociedad.

Ahí hay saltimbancos que presentan las noticias,
los gorriones cantan en la radio,
las putas sonríen en las televisiones;
es un lugar en donde los ladrones están en los calabozos,
un lugar tan mágico que la corte está regida por niños,
el congreso por virtuosos y la morgue por Dios,
un lugar donde el poder es de los buenos de verdad.

Hay una ciudad que se renueva cada noche,
que muere y revive,
que sacrifica a sus hijos con el bostezo del sol,
un lugar que solo se puede ver por el aleph,
ese viejo orbe borgeniano que no te deja mirar,
es un lugar que maldijeron los sabios de la antigüedad,
un lugar en el que siempre reinara la paz, 
aquella maldicion del vivir bien,
aquel lugar que no puede morir,
que no sabe matar.