No sé que podría entregarte a ti,
mi bella musa que me inspira a estar aquí;
solo tengo un corazón roto,
una mirada que te busca,
mi pobre y tan maltrecho arrojo
o estos labios que te nombran.
Solo tengo esta necedad de quererte,
estas letras que te buscan a diario,
estos sentimientos resecos de no usarse,
esta valentía de volver a creer
y mis besos... esos jamás te faltarían.
Te podría entregar mis brazos,
mi pecho como almohada,
el roce de mi barba,
la celeridad de mis pasos cuando me buscas,
o la paciencia que me atrapa.
Pudiera entregarte tantas cosas,
mis sonrisas por la mañana,
mis tequieros a medio día,
una mirada con cierto aire de ti por la tarde,
mis insomnios por la noche,
mis letras por la madrugada.
Podría entregarme por completo a ti;
podría endosarme a tu nombre,
podría ser solo de ti
y aún así sentiría que te quedaría a deber.
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