domingo, 24 de enero de 2016

Inherente

Desde tu sonrisa nace un río;
bello manantial que moja mis sueños,
que refresca mis anhelos,
que inunda mis ganas de seguir adelante.

Brota de ti, también, una bella luz;
ese impulso a levantarme,
a no ceder, a no dejarme.

Más allá de tus sonrisas,
de ese río y de esa luz; 
inicia también el deseo,
ese mismo que me aferra a tu boca,
a tus besos, a tus pechos,
que me ancla a tu cuerpo mientras amo tu alma, 
que me recuerda a ti.

Se produce ese tierno aroma a hogar,
a retorno continúo,
a salvación.

Nace de ti ese sentimiento,
esta sensación de paz...
Inherente a ti, mujer.

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