jueves, 20 de marzo de 2014

Piromaníaco .

Sobre un edredon de nubes vuelan tus ojos pardos,
se pierden en la penumbra, 
me llaman fugaces desde la oscuridad,
encendidos como una hoguera en el firmamento negro.

Yo duermo tranquilo en una cama hecha de humo,
con tus besos yo sueño,
con tus ojos encendidos escondidos en un cristal,
despierto y busco aquellos faroles de mi caminar.

Te sigo, 
busco tu camino,
sobre tus pasos ando,
recorriendo tu camino en la oscuridad,
de pronto veo una luz,
brilla centelleante como mil hogueras sobre mí,
me cubro, estás ahí,
por fin te toco,
estás hecha de ese plasma incandescente,
susurras mi nombre al viento, 
lo quemas en tus palabras,
yo comienzo a quemarme,
la combustión me lleva a ti.

Como un fénix me encuentro volando,
de las cenizas renací yo, 
me comprendo como una antorcha envuelta en llamas, 
como una luz, como un sol,

Lo hiciste tú,
encendiste con una chispa mi cuerpo,
me contagiaste de tu llama,
empezamos un amor piromaníaco, 
una hoguera de pasión, 
un lugar donde la llama del deseo no se apaga, 
un lugar de combustión.

Así, envueltos entre llamas,
dejamos consumir nuestros cuerpos en las estrellas,
quemándonos y amándonos,
haciéndonos una sola llama,
porque así resulta el amor,
la relación que te consume y te rehace,
es el fénix de la vida, 
por eso consumámonos en este fuego,
soltemos la flama del amor, 
de este amor piromaníaco.

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