jueves, 15 de diciembre de 2011

Encontrar...

Ni siquiera el olor del más exquisito café puede llegarse a comparar con el dulce aroma de tu ser.

Ni siquiera la más fina fragancia del perfume más caro puede llegar a hacerme sentir el mismo estremecer en mi que el de tu bello aroma.

No he visto el mismo brillo de tus ojos en ninguno de los más bellos amaneceres del mundo, no lo he encontrado aún en ninguno de los atardeceres mágicos que he visto.

El dulce sabor de tus labios que me hipnotiza y me embriaga aún no lo puedo recrear ni siquiera con las más deliciosas frutas de este mundo.

Ni las más cultas palabras provenientes de los mejores escritores de este bello planeta me han podido entusiasmar tanto como un simple te quiero de tu dulce voz.

Y es que te has convertido en mi aliento, mi calma, mi respiración, en aquella mujer que si no está a mi lado no sé ni siquiera a donde voy, te has logrado clavar en mi mente como un pilar de mis ideas, sin ti no podría decir estoy completo.

En ti he encontrado algo muy lindo, te has vuelto mi camino y mi destino...

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