sábado, 10 de marzo de 2012

Gracias...

En algún momento pensé que el amor no era lo mío, pensé en renunciar a él, pensé que era solo un sueño, una ilusión, algo que solo las películas inventaban para hacer llorar almas frágiles.

El tiempo parecía darme la razón, la mente argumentaba tanto rencor hacia el pobre corazón que tal pareciera, el pobre músculo no quisiera latir ninguna vez más por una emoción, tal como si un bloque de hielo lo cubriera por completo dejandolo sin respirar.

En algún lugar, estabas tú, así sin sospechar acaso que existía yo, estabas tu, tal vez como yo, intentando no descifrar esas trampas que la razón había puesto al corazón.

El esperar desesperanzaba a mi mente, la desdicha sufrida me había convertido en un robot, que sí bien le escribía al amor, lo hacía pensando en no expresar su desilusión.

El día menos esperado me sorprendío, una mañana mi sentir cambió, que esperaba este tonto escritor, si al sólo verte el hielo se derritió, la mente sucumbió y dio paso al corazón, no lógro explicar ese sentimiento...ahora sé que se enamoró.

De la nada saliste para cambiar mi vivir, en mi corazón te anclaste y lo arrancaste con un beso, la ternura de tu ser me cautivo, tu dulzura me ha llenado mi ser y es por ti mi pequeña que yo quiero ser, ese caballero que cuide tu ser, que se entregue a su princesa sin temer y que ha de regalarte un poema cada vez que tu sonrisa llene mi ser...

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