miércoles, 30 de marzo de 2016

Predadora.

Desde lejos me mira;
lo sé por su sonrisa,
nunca aprendió a disimular.

El ambiente se embellece,
de sus pupilas brotan flores;
en su ser lleva escondidos amaneceres;
entre sus piernas los arreboles fluyen,
en sus pechos hay volcanes de pasión.

Se acerca a mí,
tal como la primavera en los días de marzo.

Se acerca, 
yo no sé que pensar;
me arrebata;
soy presa fácil de su instinto carnívoro;
de su naturaleza predadora,
de su poder sobre mí. 

Al final soy solo un alfil, su presa;
ella la reina, mi cazadora;
al final soy yo el rey, su cazador. 

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