viernes, 1 de abril de 2016

Fénix

Hay algo roto en mí,
en mis letras que no fluyen;
en mi mirada perdida; 
en fin, algo roto en mí.

El espejo me miente, 
trato de esbozarle una sonrisa;
el maldito me la responde,
trato de encontrar quien soy.

Después de todo el estar roto no es malo
-me digo intentando convencerme-
el whisky y el cigarro saben igual.

El humo se usa para disipar las ansiedades,
el alcohol, supongo, para resquebrajar las penas;
el resultado es una soledad que te busca reparar el alma.

Es por eso que hoy escribo con el ego lastimado,
con las heridas abiertas y respirando por ellas;
buscando surcir mis llagas en letras, en humo o alcohol.

Descubriéndome a través de las heridas,
renaciendo de las cenizas, 
levantándome desde las ruinas. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario