jueves, 21 de abril de 2016

Otra vez...

En el silencio distingo tu voz;
será la calma o mi necesidad de ti,
de tu cuerpo tibio abrazándome,
de tus labios dulces dándome de beber,
de tu deseo.

Será que te alucino mientras fumo;
dentro del humo descubro tu silueta,
tus cóncavos espacios,
tus perfectas curvas imperfectas;
tu desazón al amar.

No sé que hago frente a ti, otra vez,
en esta epifanía brutal de tus pechos,
de tu boca carmesí encendida como una brasa,
soñando en mis letras;
alentándome de nuevo en la bohemia,
soñandome trovador y poeta.

Escribiéndote de nuevo,
pintándote a versos sobre la hoja blanca,
desprendiéndote de mi mente con trago en mano;
de este sentimiento eterno que aborrezco,
que amo.

Será simplemente el masoquismo,
aquél de amarte y no decirlo;
de saberte en otros brazos,
de ilusionarme mientras no estás.

Escribiendo imposibles desde la razón;
escudriñando las razones, los motivos,
las misivas en blanco que dejaste;
aquél labial con el que no me besaste.

Y aquí estoy, escuchando tu voz,
en silencio, en calma, en paz;
Una realidad alterada donde no estás, 
y sin embargo te siento.

Maldita sea. Otra vez. 

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