La ginebra corre por mis venas;
el silencio se hace cargo de abrir las hecatombes;
el olvido se apodera de un cuerpo conocido;
la distancia y el tiempo son relativos.
Me pides que no te nombre,
que no te llame,
que no te busque...
tú misma rompes tu promesa,
el corazón late a tumbos sobre mi pecho embriagado;
miro tu espalda desnuda;
busca seducir y amar;
al final el que se enamora pierde,
pero qué es perder...
¿Perder es ganarte?
¿Perder es soñar contigo?
¿Perder es enamorarse?
Tú frío se confunde con el ambiente;
ese que hace titilar mis sentidos;
que sin embargo aviva mi flama;
mi llama que busca quemarte;
que busca ser lumbre en tu pecho;
que pide a gritos incendiar tu ser.
Al final quedo a expensas de ti... otra vez;
de tus besos y tus sueños;
de tus piernas firmes y tu espalda sensual;
de tus anhelos y aventuras;
de tu amor y tu erotismo;
de estas ansias malditas que tengo de amarte.
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