jueves, 10 de mayo de 2012

A esa mujer...

Hoy le vengo a escribir a la mujer más importante de mi vida, esa que es el motor y la máxima crítica de mis acciones, aquella dama que ha forjado mi carácter de tal manera que me ha hecho lo que soy.

Un día escuche que el tratar a una mujer como una princesa demostraba que aquél caballero había sido educado por una reina, hoy esa frase toma todo el sentido y quiero agradecerle a ella por haberme educado de tal manera, de esa que me hace valorar a la mujer por todo lo que es y por lo que conlleva, porque me hizo entender que la mujer está al mismo nivel que el hombre.

A veces pensaba que tal vez era muy dura, que me exigía demasiado, que no me permitía hacer lo que yo quería, más el tiempo es sabio y apremiante y hoy no me queda más que agradecer que esa hermosa mujer me enseño desde pequeño a valorar las cosas que verdaderamente valen la pena, aquellas por las que vale la pena luchar, ella me ha enseñado a amar.

En sus brazos me siento un niño, con un abrazo logra calmarme, he llorado con ella, por ella, la he defraudado, pero también la enorgullecido, me alentado, cuando pienso que ya no puedo ella me recuerda que soy su hijo y que por tal motivo no debo darme por vencido, que yo puedo y que por ella lo lograré.

Mis éxitos son fruto de su esmero, la persona que soy ahora, es en gran parte por su ayuda en forjarme un carácter, en enseñarme el camino, en abrirme las alas y mostrarme el destino, en enseñarme como volar y sé que nunca la podre abandonar.

A ella la admiro de una manera singular, extensa, tendiendo en lo sobrenatural y a pesar de no ser el hijo perfecto sé que hay un vínculo entre los dos tan grande que nadie lo puede tocar.

Mis ojos se llenan de lágrimas al pensar en ella, al decidirme a escribirle estas líneas, los sentimientos me invaden de tal manera que se tornan a flor de piel, el pensar que ella me tuvo en sus brazos, que me protegió de todo, en todas las preocupaciones que ha vivido por mi culpa me cautiva y me hace amarla más cada día.

Ella, ese ángel convertido en madre me mantiene día y noche en sus oraciones, es la hechicera que con un simple te quiero alegra mis días, esa que me hace levantarme cuando me tropiezo, la que me ha curado los raspones y que me cuida a pesar de todo.

Ella me dio su vida entera, se ha entregado en cuerpo, alma y corazón, esa misma y grandiosa mujer que diario me despierta con un beso, ella que con sólo una caricia me eleva al cielo de otra manera, con la que puedo llorar, sintiéndome siempre un niño, aquella que me acompaña en todas mis travesías, con la que peleo y que hago enojar pero que siempre con un abrazo obtendré su perdón.

Ella tan altiva, tan bella, tan galante, con ese porte que a pesar de que los años pasen, que los achaques del tiempo la invadan, que a pesar de cambiar sus hermosos cabellos negros por hilos de plata, siempre LA AMARÉ, LA VENERARÉ, Y LA CONSIDERARÉ COMO ESE  MODELO A SEGUIR.

A ella la amo, sabe que siempre será dueña de mi corazón, que a pesar de tener que seguir el ciclo de la vida, ella, mi madre nunca saldrá de mi corazón, de mi mente, de mis oraciones y de mis éxitos, porque ella es parte indispensable de mi vida.

Hoy no me queda más que felicitarte, consentirte y agradecerte por algo, algo muy importante, , HOY MAMI QUIERO AGRADECERTE POR QUE TÚ ME DISTE ALGO QUE NADIE MÁS PODRÁ DARME, ALGO QUE JAMÁS PODRE REPROCHAR, ES QUE TÚ MAMI, TÚ ME REGALASTE LO MÁS HERMOSO Y LO QUE NADIE PODRÁ COMPARAR, TÚ ME REGALASTE LA VIDA...

TE AMO MAMÁ... FELIZ DÍA DE LA MADRE...

Dedicado para Ana Magdalena Santos Gonzaléz, mi madre...


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