miércoles, 4 de julio de 2018

Atemporal...

Había días en que pasabas por mi mente,
que solías ser mi alegría,
en los que todo se centraba en ti,
aquellos en los que me enamorabas.

Había días en que me enfurecías,
que tu manía por sacar lo peor ganaba,
en los que comenzaba a odiarte,
aquellos en los que entendía que no.

Había también días tristes,
aquellos en los que te ibas,
en los que tu frialdad triunfaba,
que en verdad me destrozabas.

Había días en los que sufría,
por ese tipo de amor que sabes dar,
que tus desdenes reinaban,
en los que la soledad regresaba.

Había días en los que de verdad gozaba,
que tu deseo y mis ganas se juntaban,
que tu sensualidad se adueñaba de todo,
que de verdad te deseaba.

Hoy te escribo en pasado,
pensando en el presente,
en que te amo,
en que a veces sufro,
en que me entristezco,
en los que enfurezco,
en los que, de verdad, te deseo.

Hoy te escribo enamorado,
como de verdad se vive un amor,
loco, apasionado y sin ataduras,
entregado y sin pensarse;
escrito en pasado, vivido en presente,
soñado en futuro.

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