jueves, 25 de enero de 2018

Kamikaze...

Hay luz detrás de tu coraza
de ese frío y gélido lugar al que me has mandado
ese calabozo donde escondes mi corazón
ahí donde el chantaje cobra mi pena.

No sé cómo me fui a enamorar de ti
de ti, que siempre me dijiste que no lo hiciera
de la manía mía de estrellarme en tus ocasos;
buscando que me ames en primavera
-o en otoño, qué más da;
buscando quedarme miles de inviernos contigo;
siendo aquél que abra tus puertas
que te lea mientras duermes
que te escriba sin miedos
que no apague la luz de la esperanza
ajustando los relojes
trayendo golondrinas para que siempre sea verano
juntando tus pasos con los míos
y alejándome cuando lo pides.

Sabiendo que no sé querer, te quiero
así, estúpidamente enamorado de ti
de ese imposible sabor de ti
de contemplarme en tus ojos desnudos
mirar tu vientre
saboreando tus valles y tus volcanes
conquistando un territorio inhóspito
dorado por el sol y pálido por tu soledad
sabiendo que no sé querer, no sé quererte.

Y así sigo y seguiré
siendo el kamikaze de este amor loco
apasionado y entregado por completo
desatendido y alegrado, distraído
distante y solitario, amante tuyo
amigo nada más
sabiendo que no sé quererte...

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