lunes, 19 de junio de 2017

Penitentes

Fue demasiada penitencia
para algo que no llegó a ser pecado;
demasiado suplicio para tan poca gloria;
demasiado dolor para tan sutil orgasmo;
demasiada hambre para tan poco pan.

Y así, te fuiste yendo de este mundo,
con más ruido que sensaciones,
mar de drama instantáneo,
carretada de dudas;
y sin embargo, te quise;
te recuerdo y te atesoro.

Fuimos ese amor que no nació
aquel que sin esperarlo floreció,
una sensación de atropello,
la caricia más tierna,
el golpe en el ego
y un corazón roto.

Al final no fuimos y nos queremos,
o fuimos sin querernos,
pobres penitentes,
larga expiación para tan corto yerro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario