martes, 25 de agosto de 2015

Reminiscencias

Hay un monumento que se erige a ti,
no sé donde está, eso ya lo olvidé,
pero sigue ahí, de pie,
esperando y recordándome que estás.

Hay sutiles manchas de tinta en la pared, 
de esas que cuando me besas brotaban,
aquellos otrora proyectiles de pasión,
hoy, solamente epitafios de un amor occiso.

Están también las esquirlas de la memoria,
aquellas que violentamente te traen de vuelta,
que te reflejan en el cristal desnuda,
con tus pechos perfectos mientras me abres los brazos;
con tus dedos taladrándome las penas;
con tu sonrisa diáfana que me ilumina los mundos.

Están esas y todas las reminiscencias,
los besos robados que vienen a reclamar facturas,
los encuentros furtivos con nuestras pieles desnudas como trofeo,
todas las estrellas que te baje, que ya no caben en el ropero,
también tus discos y tu pañuelo;
aquellos lugares en donde te quedaste,
aquellos sitios que yo te regalé.

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