martes, 13 de mayo de 2014

Ajedrecista...

Vivo preso en el tablero de tus piezas,
me mueves a tu voluntad,
como un peón,
termino siendo carne de cañón, 
expectante a tus impulsos y deseos,
esos de ganar una guerra de papel.

A tu criterio me transformas,
soy un rey, solamente un momento,
al servicio de mi reina,
por un instante dueño de todo,
sin titubear tan solo me conviertes en un alfil.

Lucho por ti,
esta guerra que vivo en tu tablero de ajedrez,
tan cruenta y horrible como ella misma,
solamente para escuchar de tu voz,
ese jaque que me envía directo al olvido.

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