jueves, 27 de septiembre de 2012

Callado...

Regresando, volviendo a ese lugar,
allí en la meseta de los sentimientos,
donde tu solías rondar, allí, callado,
ahora me encuentro conmigo, asustado.

El silencio me grita al oído,
me hace callar, el silencio,
hoy reina, pero con un susurro,
con un simple susurro, el tiembla.

Sonrío, lo hago a la incertidumbre,
a ese maldito sabor que aún tengo pegado,
ese sabor que se aparece cual demonio,
ese que atormenta mis labios y los deja sin reposo.

Sonrió, lo hago al recuerdo,
lo hago a la memoria de lo que fue un gran gozo,
lo hago, no por que pienses que estoy loco,
lo hago, agradecido de todo lo que me miraron tus ojos.

Me veo, en esos ojos hermosos,
en esas lagunas de miel, que ayer fueron mi pozo,
lo hago tal vez por última vez, esperando un esbozo,
un toque de aquella sonrisa que ayer me trajo tanto gozo.

Te callo, como callo lo más hondo de mi mente,
te clamo, como si de mi ser, fueras un trozo,
te olvido, como esas promesas que van al foso,
te hundo, muy adentro de mi corazón roto...

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