jueves, 13 de septiembre de 2012

Apología de un recuerdo

Aquí estoy, sentado sobre la desolación,
pensando en el precio que tiene el progreso,
recapacitando sí el sacrificio lo vale,
buscando una rendija de esperanza en un corazón herido.

Ahí estoy, perdido entre la desinformación,
hundido en la incertidumbre,
agotando totalmente los recuerdos,
contando las heridas del alma,
cansado de pensar en la calma.

Hoy mis demonios han venido a visitarme,
han revivido muertos que se clavan en el recuerdo,
en un recuerdo de desolación,
una tan profunda que la luz casi no se ve salir.

Soñando despierto, soñando en sus besos,
recordándola, pensando en ella se pasa la noche,
así a retazos de lucidez se nos va diluyendo el ímpetu,
poco a poco se me va partiendo la fe.

Volcado al recuerdo, tratando de alcanzar,
ese beso eterno que me prometió dar,
la duda me alcanza no me deja pensar,
el recuerdo hoy quiero ya soltar.

Soltando el deseo recuerdo momentos de más,
veo caer esa ave, que juntos soltamos al mar,
en una barca sola la dejaré flotar,
ese recuerdo tan tuyo que no me deja ni pensar.

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