Eras verano;
intempestiva y volátil;
fugaz y caótica,
hermosa y cruel.
Fuiste verano;
efímera y sutil,
cadenciosa y certera;
milagrosa y fugaz.
Eras verano;
así te vi,
con tus rayos de sol,
con tus tormentas y relámpagos,
con el calor y la humedad,
con la lejanía con que se mira un otoño.
Fuiste verano;
justo el tiempo en el que no te ame,
el momento en que nos dejamos solos,
el instante en el que claudique.
Eras verano;
las lluvias frescas,
los soles ardientes,
tus muslos perfectos,
tus caderas precisas,
ese instante del ser y no ser;
fuiste un verano,
casi sin parecer,
eras verano,
lejana del invierno cruel.
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