suave hilo de vida que me ata,
cálido susurro de tu boca,
infiero o paraíso que esperar.
Vivo de tu vientre mis anhelos,
dulce diosa dorada y bendita,
fruto del deseo,
sol de mediodía;
belleza angelical que es mi tormento.
Vivo aferrado a ti,
como el grito que te nombra,
como el vino que besa tus labios,
como la gota que te recorre y te reclama.
Vivo sujeto a tus emociones,
noches de amor y de amargura,
dualidad bipolar,
ying y yang, blanco y negro,
oscuridad y luz;
pasión y reproches.
Vivo anhelando tus muslos cálidos,
tu sonrisa perfecta,
tu mirada profunda y estatuaria,
tu sensualidad sutil,
tu presencia magnífica,
tu porte de dama.
Vivo el paraíso de tus pechos,
vivo de tu boca el purgatorio,
vivo del deseo mi penitencia,
vivo, anclado a un sentimiento...
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