viernes, 6 de noviembre de 2015

Tango

Las nubes altas gritan tu nombre,
como el sonido del bandoleón golpeando mis penas,
las notas del piano se funden en ti,
eres el sonido de la sensualidad.

Te miro mientras fumo,
al otro lado de mi recuerdo está tu silueta,
esa silueta que sonríe con sus labios carmín.

Tienes ese derroche de lujuría,
la violenta carga de deseo que me hace acercarme a ti,
tienes el paso preciso para mi perdición,
tienes fe.

El arte te brota por los poros,
suave mujer que me alimenta el ego,
dulce diosa que se apiada de mí,
que me hace sonreír,
que hace brotar las lágrimas.

Eres ese sonido supérfluo y profundo de un tango,
con la sensualidad y belleza de una mujer,
con la violencia de un diosa con hambre voraz,
con la ternura de todo tu ser,
con el infinito poder sobre mí,

Eres esa mujer que me hace cantar Volver,
una y otra vez me hundes en tus notas,
para amarme y apartarme,
siempre, siempre acompañadas por piano y bandoleón. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario