miércoles, 25 de noviembre de 2015

Podría, pero no.

Podría decirte que muero por ti,
que me gustas, pero lo callo;
que tu sonrisa es chueca, sabiendo que es perfecta;
que tus pies son lentos, pero quiero seguir con ellos;
que la música no te va, pero bailas y mueves mis sueños.

Podría confesarte que me muero por tu cintura,
que tu flaca silueta alimenta mis deseos,
que tu mirada profunda es el túnel de mi paz,
pero no.

Podría simplemente decir tantas cosas;
que muero por esa taza de café;
que muero por tu charla tan precisa;
que me vuelve loco tu personalidad transparente;
que casi no me da miedo tu temor a amar.

Así, podría confesarte que me has hecho escribir de nuevo,
que la tersura de tu recuerdo me alimenta el alma,
que la suavidad de tus actos me devuelven la fe,
que tu amabilidad tan diferente me mantiene creyendo.
que he vuelto a hacerlo por ti, pero no.

Pero no, no lo hago;
no lo hago por no parecer un tonto, 
no lo hago por que tú me lo has pedido,
no lo hago por que sé que tu ya lo sabes,
no lo hago, por que es implícito. 

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