domingo, 17 de junio de 2012

.A ese gran caballero...

Hoy les quiero escribir de alguien muy importante para mi, alguien que me ha enseñado muchísimo a pesar de no tener grados académicos.

Él, ese hombre que me ha dado el regalo más grande, la vida, aquél caballero que además de cuidar a mi madre, de sacar adelante a una familia, de trabajar para que nunca nos falte nada, se da el tiempo de amarnos sin medida.

Él es mi ejemplo, mi inspiración, la figura que quiero seguir, aquel hombre que en su momento me tomó entre sus brazos para que no tuviera miedo, el mismo que hoy ya con nieve en sus cabellos es el que me guía por los senderos de la vida, siempre dejando para mi la decisión sobre que vereda yo he de dirigirme.

Ese ángel convertido en rey de mi hogar que es capaz de dar hasta la camisa por las personas que estima es el que me ha enseñado que la belleza del ser humano no está en lo terrenal, sino que va más allá, hasta lugares que jamás entenderemos.

Ese hombre que sin leer siquiera a Hemingway me logro enseñar que el secreto y la formula para la sabiduría, el poder y el conocimiento es la humildad, que con sus actos lo demuestra y que me ha enseñado que hasta el libro más austero tiene algo que enseñar.

Hoy ese valiente y arrojado hombre, se ha convertido en el mejor padre del mundo y a pesar de que sus manos ya no tienen la fuerza de antes, su rostro se ha arrugado un poco, el cabello se ha ido tiñendo de blanco, él nunca pierde la sonrisa en el rostro y esa alegría tan peculiar que lo caracteriza.

En broma le digo que de grande quiero ser como el, para tener un hijo como yo, pero la verdad es que quiero llegar a ser la mitad de buen padre que es él y lograr que mis hijos sigan un buen camino tal cual mi padre lo ha logrado con su ejemplo.

Mi papá, ese ángel que se jamás nos abandonara, aquél que cambio sus sueños trotamundos por el anhelo de una familia, una familia que día a día se va puliendo, que se va queriendo cada vez más y de la cual el es el timón.

Mis ojos se llenan de lagrimas de alegría al recordar esa infancia, esa adolescencia, pero sobre todo al saber que tengo en mi padre aquel consejero, amigo, confidente y hasta alcahuete que jamás se separará de mi...  

Él ese gran señor, caballero de buenos modales que se los ha inculcado en sus hijos, ese héroe que ne rescato mil veces de los monstruos de mi infancia, aquél soñador incanzable que sin importarle si llegaba cansado de trabajar tenía tiempo para jugar con nosotros y hoy de darnos un consejo, a él lo amo.

Te amo papi!!! Eres el mejor del mundo y siempre serás mi héroe!

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