domingo, 21 de junio de 2015

De la ceguera.

Hay una nueva paz en ti,
en esa sensualidad vaga de tu piel canela,
de esa sonrisa perfecta que escapa de tu boca,
en tu confianza en tu desnudez.

Son tus pechos perfectos, 
o ese camino marcado por tu cintura,
esos acantilados voraces que me arrojan de ti, 
tus valles y montañas.

Mi cuerpo te dibuja sobre tu misma piel,
con mis dedos leo la poesía que hay en ti,
que se escribe en braile en tu piel erizada, 
que puedo saborear beso a beso sobre tu ser,
estar en ti, fundiendo mi ceguera con tu visión.

Yo estoy aquí, este ciego limosnero,
este mendigo que vive de los rezagos de ti, 
de tus tibios besos que imagino,
de esta ceguera que me impide verte,
que desea leer los mensajes de tu piel.

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