martes, 16 de agosto de 2011

El sabio centro de Toluca.

Caminando por el centro histórico de mi hermosa ciudad, me di cuenta que hacia donde mirára encontraba algo excepcional e increíble. Tal vez nuestra ciudad no sea muy turística porque la altura no nos ayudo, pero toluqueños, no podemos callar la belleza de nuestro centro.

Al observar todos los maravillosos edificios que han sido testigos de la verdadera historia, no de la hecha sobre un escritorio, sino de la grabada en la tierra con sangre y honor, sentía en momentos como si cada uno de ellos me estuvieran contando su historia.


La sangre derramada dentro de nuestro primer cuadro de la ciudad por defender los ideales de quien luchaba por ellos revela el color rojo del adoquín que cubre las calles de nuestra ciudad, los valores mostrados por aquellos institutences de ideas liberales que fueron consolidando al Estado mexicano se plasman en todas esas fachadas que nos hablan de la conquista de las libertades, a su vez las hermosas parroquias y la monumental catedral gritan la fe de los toluqueños, pero a su vez callan todo lo que hicieron sufrir con la inquisición.


Un ícono de la ciudad es el jardín botánico, que plasma la cosmovisión de los toluqueños a través de las manos de Leopoldo Flores y como olvidar los hermosos portales, llenos de historia, que por cierto recorrerlos a medianoche les da un aire místico que pareciera te transportara a otro mundo.

En sí todos los monumentos de esta mítica capital encierran un aura mística, que te envuelve y te lleva a vivir lo que la historia dispuso para ellos.

Esa es mi ciudad, Toluca, si vives en ella disfrútala, regresémosla a su antiguo auge, si no vives en ella, visítala, te prometo que no te arrepentirás.

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