domingo, 3 de junio de 2018

Sueño.

Saliste desde uno de mis sueños,
así, en plena madrugada me sorprendiste,
me llenaste de fe,
alegraste mi corazón;
con esa sonrisa tuya iluminaste el lugar;
tu cintura, tu hermosa figura,
todo perfecto, tal cual,
así, como en mis sueños.

De repente llegaste, 
no sabía si fue el alcohol,
mi soledad o mi buena suerte;
pero ahí estabas tú,
con esa ternura tan tuya,
la inocencia que luces tan bien.

Tenías tus ojos miel clavados en mí,
en mi barba y en como te miraba;
me sonreías mientras fumaba, 
arrancando desde mi fondo suspiros;
me escuchaste hablar de letras,
te escuche reír,
y así fue la primera vez,
esa de donde nunca regrese,
ahogado en ese mar de color ámbar,
en tu suave piel,
en tus mágicos detalles,
los suaves destellos de mi pasión.

Y así nació un sentimiento clandestino,
de esos que te hacen volver a creer;
que a pesar de que no puede ser gritado,
se siente aún más,
que devuelve la fe,
además de inspirar,
de esos que te pasan una vez en la vida,
que te demuestran que te puede ir bien,
de esos de los que los poetas hablan.

Y aquí sigo, como ese primer día,
amando que hayas salido de mis sueños,
que termines aquí abrazándome,
sonriendo linda mientras te miro,
así, como salida de un sueño...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario