lunes, 20 de febrero de 2012

Gota a gota.

Cansado desparramo la mirada hacia ese sillón que ya no te espera, esa marca que le hiciste con el cigarro te llama, lo hace a gritos, te clama.

En la oscuridad de mi habitación fumó un cigarrillo, de tu recuerdo ya en el exilio sólo queda un pequeño suspiro que se esconde entre las donas que hago con el humo de mi cigarrillo.

En la penumbra de mi soledad, mi voz te ha llamado sin querer, creo que fue casualidad, o sólo es que este embriago de ansiedad ya me ha hecho enloquecer.

El tequila no logra ahogarte completamente, después de varios tragos termino brindando por ti, no quiero ya tocarte, pero tu fantasma llega hasta a mí.

Me levanto de la cama, la lluvia resbala por el candil, por la ventana solo veo el agua caer por ahí, con cada gota se resbala de mi cuerpo tu sentir, con esa agua yo lavó las caricias que hiciste sobre mí.

Gota a gota te vas desprendiendo de mi ser, cuando se ha ido tu recuerdo mi tranquilidad vuelve a resplandecer, mi corazón se acelera tanto que quiere correr, su libertad ha recobrado con esta agua que lo hizo renacer.

El tequila y el cigarro han pasado a ser, sólo más que un recuerdo en este nuevo ser, la esperanza he recobrado y con ella reconocer el eterno brillo de mis ojos justo al amanecer.

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